La postura, es definida como “la posición óptima, mantenida de forma automática y espontánea, que mantiene el cuerpo en perfecta armonía con la fuerza de la gravedad y preparado para pasar de un estado de reposo a movimiento.
No podemos hablar de postura, sin hablar de Control Motor, ya que éste, es la causa y naturaleza del movimiento. Es el resultado de la integración de las informaciones sensitivas (tacto, sonido, luz, dolor, frío, calor, etc.) y motoras (el movimiento en sí) por el Control de nuestro Sistema Nervioso Central.
Cuando hablamos de Control Motor, nos referimos en realidad a dos elementos. El primero se asocia con la estabilización del cuerpo en el espacio, es decir, asociado a la postura, dónde hablaríamos de equilibrio y el segundo se relaciona con el desplazamiento del cuerpo en el espacio, o sea, aplicado al movimiento.
Al hilo de todo esto, cabe decir, que disponemos en el centro de Fisioterapia FISIN de una actividad práctica basada en la mejora de la función, para la gestión del dolor, estimulando la percepción consciente del esquema corporal de nuestro cuerpo y con el fin de evitar las recaídas de una lesión. Una reprogramación propioceptiva (adaptación a situaciones nuevas relacionadas con la posición de nuestro cuerpo en el espacio) basada en el Neuroaprendizaje o Neuroplasticidad, que es la formación de nuevas conexiones neuronales o modificación de las ya existentes.
Según la evidencia científica aportada en los últimos años acerca de las técnicas de Control Motor, podemos afirmar, que su inclusión en los tratamientos de Fisioterapia es necesaria para la recuperación de nuestros pacientes, ya que mejoran la estabilidad articular a un nivel funcional, equilibrando las acciones musculares durante el movimiento.
Es importante antes de realizar la práctica, que el profesional fisioterapeuta haga una valoración exhausta, analizando la postura (estática y dinámica) y el patrón de movimiento que origina las recaídas en la lesión.
La clave de la actividad práctica, se basa en diferentes principios, tal y como son:
- La respiración: Mejora de la capacidad vital pulmonar, incrementando el volumen de la caja torácica durante las inhalaciones gracias al aumento de la movilidad en el plano diafragmático o abdominal, costal y torácico o esternal.
- Estabilización y Control central: El control del movimiento desde la atención de la mente sobre el movimiento corporal que estamos realizando y el trabajo del “centro” (faja abdominal).
- Disociación del movimiento: Unida a la capacidad de estabilización del tronco y a la buena disociación del movimiento de los miembros para hacer un gesto fluido, ágil y más eficaz.
- Flexibilización articular y muscular: Consiguiendo el máximo rango de movimiento.
- Fortalecimiento muscular y alineamiento postural: Sobre todo de la musculatura postural, la que nos estabiliza.
- Integración: coordinación, precisión y equilibrio.
Es de vital importancia que cada individuo realice la actividad de manera adaptada, siendo el fisioterapeuta el que establezca todas las variaciones que considere convenientes, buscando la calidad, eficacia y el sentido funcional de la reeducación del movimiento.
Para más información:
Anne Shumway-Cook, Marjorie H. Woollacott. Motor Control. Traslating Research into Clinical Practice.